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lunes, 21 de junio de 2010

LOLA MALTRATADA

Primera parte

Un día, a los 18 años, Lola (nombre ficticio) pidió a su padre a gritos que la matase. Ese día, él, "un ser estricto, con mucho genio y la mano muy larga", dejó de pegarle. Pero tuvieron que pasar muchos más, hasta la muerte de su progenitor, para que Lola encarase su biografía y comenzara a considerar anormal haber sido una niña maltratada. Durante su infancia y su adolescencia, lo normal para ella era la violencia, y excepcional, el trato que recibían sus primos, niños queridos por sus padres. Desde que tiene uso de razón recuerda palizas, bofetadas, tirones de pelo o patadas hecha un ovillo en el suelo; hasta pellizcos en los pechos cuando se desarrolló. A los golpes se añadía el maltrato psicológico, una letanía de reproches que siempre incluía dos mensajes: "Eres una puta mierda. No vales ni para tomar por culo".

Hoy, a los 36 años, esta mujer, "normal, con un marido estupendo y dos hijos", se considera una persona feliz ("podría haber sido peor", dice amagando humor), pero rompe a llorar al desgranar sus recuerdos. Como, por ejemplo, querer a rabiar a su padre aunque la pegase. Como mirar la vida a través de sus ojos. Como no tener contacto físico con su madre para evitar los celos de él ("mi madre jamás nos daba un beso para no provocarle"). Hasta hace poco aún sentía pavor al oír un portazo como los que durante más de una década prologaron las sacudidas de furia de su padre. "Si suspendía, me pegaba; si me mandaba buscar una cosa y no la encontraba, me pegaba... Pero decirlo así equivaldría a buscar, y encontrar, un motivo para la violencia, y lo cierto es que pegaba porque sí, no había más explicación".

Los antecedentes familiares no hacían presagiar el maltrato, si es que el cliché de hogar violento sólo cabe en familias desestructuradas y al límite, que no es el caso. Lola pertenece a una familia de clase media-alta, con estudios y profesiones acordes, "gente con un nivel económico desahogado". Su madre tocaba el piano, su padre "ganaba un sueldazo". El marido maltrataba psicológicamente a la esposa, y a veces se le escapaban bofetones, "o le tiraba la comida a la cara". Una relación, un hogar, coagulados por el terror, los gritos y desprecios como el filo de un cuchillo.

miércoles, 9 de junio de 2010

EN CASO DE UNA POSIBLE ERUPCIÓN DEL COTOPAXI


Las erupciones pasadas del Cotopaxi han estado caracterizadas por la ocurrencia de fenómenos eruptivos peligrosos, tales como derrames de lava, sismos y temblores de origen volcánico y flujos piroclásticos. Sin embargo, en el caso que se repitan estos fenómenos, es poco probable que afecten en forma directa a la población.

Los gases volcánicos y el vapor caliente que salen del cráter o de otros lugares de la cima del volcán pueden representar un peligro para los andinistas, por lo que deben evitar entrar en contacto directo con dichos gases.

En lo que se refiere a la caída de ceniza, fenómeno que siempre acompaña a una erupción, se debe puntualizar que la zona norte del volcán y en especial el Valle de los Chillos, recibiría solamente una ligera película de ceniza, que no presenta mayor inconveniente. Caso contrario, el Valle Interandino inmediatamente al oeste del volcán típicamente ha recibido acumulaciones de ceniza de hasta 10 centímetros, que representa un grave peligro para los habitantes. Con espesores de ceniza de esta magnitud podrían colapsar los techos y casas. La evacuación de personas y ganado y la pérdida de cosechas son unos de los problemas causados por este evento.

El volcán Cotopaxi ha generado en numerosas ocasiones flujos de lodo y escombros que han descendido con gran velocidad los ríos Salto, Pita, Santa Clara y San Pedro, con el resultado de arrasar todo lo que se encuentre en su camino. En las zonas urbanas mayormente planas como San Rafael y Selva Alegre, vale destacar que un flujo de uno o dos metros más alto que lo previsto podría inundar un área mayor de lo indicado, dado el poco relieve de la zona. Por otro lado, la incorporación de un número importante de árboles, casas, puentes y otros objetos grandes tendría el efecto de aumentar el volumen del flujo y podría producir represas temporales que causarían una mayor extensión lateral del área inundada.

Es muy importante subrayar que el tiempo de arribo de los lahares a las zonas pobladas del Valle de los Chillos es de alrededor de 40 a 60 minutos desde su generación en el volcán y posiblemente solo 30 minutos desde la primera alerta. Se trata de velocidades de 15-20 km/hr y caudales en el rango de 6000 a 12000 m3/seg, es decir entre el 50% y 100% del caudal de la inundación de la Josefina en 1993.

Obviamente, los moradores de los cauces de los ríos Guayllabamba y Esmeraldas tendrían más tiempo para responder, sin embargo estas personas deben tomar conciencia que habitan en una zona de riesgo.

En numerosas ocasiones flujos de escombros han descendido con gran velocidad el río Cutuchi y sus afluentes que nacen en los flancos del volcán, y luego forman los ríos Patate y Pastaza arrastrando todo que se encuentre en su camino.

En las zonas urbanas mayormente planas como las orillas del río Cutuchi en Latacunga, San Felipe y Salcedo, vale destacar que un flujo de uno o dos metros más alto que lo previsto podría inundar un área mayor de lo indicado, dado el poco relieve de la zona.

Por otro lado, la incorporación de un número importante de árboles, casas, puentes y otros objetos grandes tendría el efecto de aumentar el volumen del flujo y podría producir represas temporales que causarían una mayor extensión lateral del área inundada.

Es muy importante subrayar que el tiempo de arribo de los lahares a Latacunga es de alrededor de 40 a 60 minutos desde su generación en el volcán y posiblemente solo 30 minutos desde la primera alerta dada por los instrumentos. Obviamente, las zonas pobladas más cercanas al Cotopaxi, por ejemplo las de Mulaló, Lasso, San Ramón, tendrían mucho menos tiempo para reaccionar y salir. Se trata de velocidades hasta 30 km/hr y caudales en exceso de 30.000 m3/seg, es decir hasta tres veces más grande que el caudal de la inundación de la Josefina en 1993.

Finalmente se debe considerar que el depósito de los flujos de lodo y escombros no se endurece rápidamente, dado el alto contenido de agua, permaneciendo mucho tiempo con una textura similar a la del concreto fluido. Luego del gran lahar que destruyó la ciudad de Armero (Colombia) en Noviembre de 1985, la planicie de lodo y materiales que cubrió la ciudad no fue transitable sino hasta semanas y en algunas partes hasta meses después de la erupción. Por esta razón no se debe tratar de caminar ni conducir un vehículo sobre un depósito lahárico fresco.

Como consecuencia de esta característica y de la frecuente destrucción de los puentes sobre los drenajes, muchas zonas pobladas quedan prácticamente aisladas por la dificultad o imposibilidad del transporte terrestre.

Fuente: Instituto Geofísico / Dirección Nacional de Defensa Civil

ALERTA EL COTOPAXI AMENAZA


Volcán Cotopaxi

Como es de conocimiento general, la reactivación del volcán Cotopaxi podría producir un impacto socioeconómico de gran magnitud. Por esta razón, la DIPLASEDE considera necesario informar sobre este tema de gran importancia, para tomar las medidas preventivas que esta Unidad viene difundiendo, sin que esto represente alarma para la población.
Recordamos a ustedes que la Dirección Nacional de Defensa Civil es el único Organismo Oficial autorizado para difundir sobre las incidencias de los desastres naturales y antrópicos.

Zonas del Norte en peligro por flujos de escombros y lahares.

Las zonas de posible mayor afectación por lahares incluyen: Rumipamba, Barrio San Fernando, Selva Alegre, las riberas del río Santa Clara cerca de Sangolquí, San Rafael, la Urbanización Aguachi y en parte la urbanización Mirasierra, las márgenes de ESPE, propiedades entre el Triángulo, Cuatro Esquinas y El Tingo, las riberas.
del río San Pedro donde pasa por La Armenia y Guangopolo, el complejo Cununyacu en Tumbaco, el Club El Nacional y urbanizaciones a las riberas del río San Pedro, así como pequeñas comunidades agrícolas ubicadas a lo largo de este río en el cañón aguas abajo de Tumbaco. Además, podrían ser afectadas ciertas obras vitales, tales como los proyectos de agua potable de Quito (incluyendo los del río Pita, Micacocha y Papallacta), el SOTE y los poliductos asociados, así como las carreteras Panamericana e Interoceánica y sus puentes. Todas las personas que residen o trabajan en tales zonas deben saber que sus vidas están en peligro, si se producen lahares durante una erupción del Cotopaxi; por lo tanto estas personas tienen necesariamente que alejarse de los cauces y ascender a las zonas altas aledañas previamente establecidas.
Zonas del Oeste y Sur en peligro por flujos de escombros y lahares.

Las zonas de posible mayor afectación por lahares incluyen: Chilcapamba, Lasso, San Ramón, Rumipamba-Mulaló, La Avelina, el centro del valle Interandino, Llaigua de Maldonado, Colaiza, la pista del Aeropuerto de Latacunga, la parte norte y centro de Latacunga, San Felipe, Salcedo, Nagsiche Bajo, Complejo de Guapante, Quillán, Puente Clementina, Guadalupe Bajo, Lligua-Zoológico, Ulba-Lliñguay, La Ciénega y Agoyán entre otros y urbanizaciones a las riberas del río Cutuchi, así como pequeñas comunidades agrícolas ubicadas a lo largo de este río aguas abajo. Además, podrían ser afectadas ciertas obras vitales, tales como la línea del ferrocarril y el poliducto, la presa y central hidroeléctrica Agoyán, así como la carretera Panamericana y sus puentes.




ERUPCIÓN INCIERTA


Volcán Tungurahua

Un hongo de ceniza de 7 kilómetros se formó el viernes 28 de mayo pasado, en el Volcán Tungurahua. Por las laderas de este coloso bajó lava y material piroclástico, según informó Hugo Yépez, del Instituto Geofísico, lo que obligó a evacuar a las comunidades de Cusúa y Juive Grande, principales afectadas por este proceso eruptivo. La gente de Cotaló y Guambaló también están abandonando sus casas.

Hasta el momento 400 personas de estas comunidades han sido evacuadas. Yépez solicitó se evacúe totalmente a toda la población de Baños, pues no se descarta una gran erupción. La vía Pelileo-Baños está cerrada, solo se puede acceder hasta Pelileo.

Danilo Altamirano, coordinador regional de la Secretaría de Pueblos, Movimientos y Participación Ciudadana (SPPC) manifestó que está reunido el COE (Comité de Operaciones de Emergencia) provincial de Tungurahua, conformado por las autoridades de la provincia y de organismos de seguridad para afrontar esta situación.

La Secretaría Nacional de Riesgos trabaja en coordinación con los COES de Baños y Pelileo, organismos que han tomado las acciones debidas en este evento natural.


“Chacauco, Cusúa y Bilbao ya se encuentran fuera de riesgo, sin embargo dos o tres familias no han querido salir porque tienen miedo que se roben sus cosas”, explicó Altamirano.

Una delegación de la Secretaría de Pueblos junto con Juan Francisco Mora, gobernador de Tungurahua viajarán a la zona de impacto para prestar ayuda a las comunidades, las cuales previamente han sido capacitadas y fortalecidas para actuar en situaciones de riesgo como esta.

“La gente sabe qué hacer en estos casos, ya no están desprevenidas, nosotros como Secretaría junto al Gobernador estamos trabajando”, indicó Altamirano.

Además el Gobierno Nacional a través de sus programas del Ministerio de Inclusión Social (MIES) tiene ya implementados los albergues, también el Ministerio de Agricultura (MAGAP) presta su contingente para salvar el ganado, el Ministerio de Salud y las gobernaciones entregarán mascarillas y otras vituallas.

Las personas evacuadas han sido trasladadas a La Paz y Río Blanco, en Pelileo en donde hay ciudadelas solidarias con albergues para una capacidad de 500 personas, los cuales están equipados con cocinas, colchones, alimentos, etc. El Estadio de Pelileo también será implementado como albergue, se ubicarán algunas carpas para acoger más personas.

Los Voluntarios de la Secretaría de Pueblos que operan en esta región ayudarán en aspectos técnicos y logísticos en los albergues. La ceniza ha llegado a Chimborazo, Bolívar, Guayas y Los Ríos.

El Ministerio de Educación suspendió las clases en los establecimientos fiscales y particulares de los cantones de Baños y Pelileo (Tungurahua), en Riobamba, Penipe, Guano y Chambo (Chimborazo), en toda la provincia del Guayas y en la provincia de Los Rios, debido a la caída de ceniza. Esta medida busca prevenir principalmente, la aparición de enfermedades relacionadas con la inhalación de ceniza que pudieran afectar las vías respiratorias de niños, niñas y adolescentes.

Como medidas preventivas, se recomienda tapar boca, nariz, ojos, cabello y piel, con el uso de mascarillas o pañuelos humedecidos, gafas, gorros y blusas o camisas mangas largas; cuando se deba salir a la calle, utilizar gafas y gorro ya que la ceniza daña los ojos; impedir que los niños jueguen o se paseen a campo abierto.

También no refregarse los ojos, lavarlos suavemente con agua y si arden usar colirio o suero fisiológico. En las escuelas se recomienda humedecer el piso antes de recoger la ceniza, mientras que en las casas se debe mantener las ventanas cerradas.

El Ministerio de Educación evaluará el impacto ambiental en el fin de semana y comunicará oportunamente la reanudación de clases./Secretaría de Pueblos, Movimientos y Participación Ciudadana-Ministerio de Salud-Ministerio de Educación

lunes, 31 de mayo de 2010

EL NEGOCIO DE LA PROSTITUCIÓN

Este tema no fue un tema específico encarado en el marco de esta investigación. Sin embargo hubo múltiples referencias que reafirman la existencia de diversos niveles de organización de la explotación de niñas/os y adolescentes. Las niñas y niños son parte del “negocio” de la prostitución.

Persisten sin embargo en los discursos sociales algunos sesgos:
1) un primer sesgo es el que excluye a las niñas y niños de las formas más empresariales y los ubica solamente en formas más inorgánicas, ligadas a otros comercios marginales. Tal como lo evidencian la mayor parte de las investigaciones que centran el estudio de la prostitución infantil a la población de niñas/os de la calle, en los que la prostitución aparece como una de las supuestas “ estrategias de supervivencia”. (Es claro que si sólo se investiga en sectores marginales, se va a encontrar –si se investiga bien- prostitución en esos sectores. Pero si se investiga en otros sectores también.

2) un segundo sesgo es enfatizar las condiciones de vida de las niñas y niños, dejando de lado la presión real y concreta de quienes los prostituyen, es decir reclutadores proxenetas, “empresarios de la noche” y clientes.

Esta investigación tuvo por objetivo fundamental determinar en primer lugar la existencia de niñas y niños en prostitución, sin establecer de antemano límites en cuanto a espacios, sectores sociales, etc. y luego aportar información acerca de esta existencia: magnitud, características, modalidades, etc. y por lo tanto, no se trató de estudiar el “negocio” o la organización (lo cual hubiera demandado otra estrategia de investigación y hubiera exigido otros marcos institucionales). Sin embargo la información permite constatar este aspecto, lo que por otra parte es algo que se conoce, pero muy pocas veces se puede confirmar o probar, o no se hace nunca explícito por la obvia y sencilla razón que se trata de un negocio “prohibido”, y todo empresario que declare obtener ganancias y pagar impuestos por este rubro estaría reconociendo cometer un delito. Por el cual puede ser procesado y condenado a prisión. De modo que por ser un negocio ilegal una investigación sobre el “proxenetismo y la organización” de la prostitución debería tener otro encuadre institucional (por razones éticas, de responsabilidad y seguridad).

Sin embargo, en el trabajo de campo surgieron evidencias acerca de la existencia de organizaciones y de sus modos de operar. Y esto es válido para todas las modalidades y localizaciones, en las que se ha detectado distintos niveles de organización y articulaciones entre los distintos circuitos.

Excepto en la calle, donde es posible encontrar quienes actúan aparentemente de un modo independiente, no siempre esta declarada independencia es real: ya que se ha podido comprobar que aún los espacios callejeros tienen “dueños” y quienes circulan por la calle para contactar clientes, deben pagar muchas veces una determinada suma, a quien “desde antes ocupaba” esa parada, o a supuestos “cuidadores o protectores”.

Tampoco es tema de este trabajo describir la complejidad de las organizaciones, desde las más primitivas, y artesanales, a las más diversificadas y modernas, sus articulaciones con otros “negocios” tanto legales como ilegales, (desde juego, drogas, hasta empresas de turismo, venta de pasajes, hoteles, lugares de diversión, discos, bares, etc.), que mueve enormes sumas de dinero y que involucra a personas, con diferente inserción social, jerarquía, poder, etc. Desde organizaciones especializadas con estructuras internacionales, vinculadas a tráfico de personas, que incluyen niñas/os y adolescentes entre países hasta organizaciones pequeñas, o medianas conformadas con inversionistas que tienen toda otra estructura legal comercial o industrial. Es decir como toda “industria” o comercio, abarca empresarios / comerciantes, medianos y chicos, grandes, con inversionistas de distintos sectores y también proxenetas pequeños, explotadores familiares, etc. En el marco de esta investigación surgieron datos: acerca de profesionales y comerciantes que habían invertido sus ahorros en prostíbulos mientras seguía ejerciendo su profesión y mantenían sus actividades; se establecieron diálogos con jóvenes (algunas menores de 18 años traficadas y bajo estricto control de proxenetas; funcionarios de justicia que eran habitués de prostíbulos; diputados, políticos de distinto rango clientes de niñas y niños; médicos, educadores, etc. parte del negocio o clientes; o ambas cosas.

Tal vez si corresponda en este punto señalar que lo más impactante para el equipo de investigación fue constatar esa cercanía con clientes, (los propios amigos, colegas, etc.) así como la familiaridad con el mundo prostibulario, que revelaban en conversaciones casuales: por ejemplo un conocimiento preciso de las diferentes ofertas, detalles varios que daban cuenta de un conocimiento preciso y directo.

La inmensa variedad, poder económico, desarrollo organizativo etc. se corresponden con modalidades de reclutamiento, con localizaciones específicas, tipos de servicios, asociados a su vez a diferentes perfiles de clientes. Prostíbulos de extraordinario lujo y privacidad, al que solo se accede a través de “contactos”, hasta la formas callejeras, entre las cuales es posible encontrar algunas personas con cierto grado de independencia. Aunque en general esto lo logran algunas personas adultas (por ejemplo luego de haber alcanzado un número de clientes fijos, o ciertas modalidades muy reservadas (un tipo de práctica en departamentos privados) pero se trata, en estos últimos casos de adultas.

Reiteramos que la información sobre este punto hubiera requerido un abordaje específico y dado el carácter delictivo también hubiera exigido otro abordaje institucional.

Sin embargo en materia de organización esta investigación por el hecho de estar centrada en la prostitución infantil ha permitido detectar y diferenciar claramente ciertos niveles de organización que de otro modo (es decir cuando no se centra en la presencia de niños) pasan desapercibidos.

Estos niveles se diferencian particularmente en relación a las modalidades de reclutamiento, ligadas al tema de las edades en que los niños y adolescentes son prostituidos. En efecto, cuando más grande y más organizada es la oferta de prostitución, más alejada está de procedimientos de reclutamiento directo, dependiendo para ello de especialistas, de proveedores de cuerpos prostituidos.



Esta constatación implica distinguir desde el punto de vista de la organización de la prostitución dos niveles:

· Uno bien organizado –burdeles, saunas, discos, boliches, cabarets, agencias, etc- donde hay presencia de niños y niñas de distintas edades pero reclutamiento indirecto.

· Uno informal- padres, familia, novios, proxenetas y cafishios profesionales, que inician a la prostitución, prostituyen, y terminan por proveer a los anteriores de “materia prima” ya sea directamente al convertirse en pasadores, o indirectamente al perder el control de sus “protegidos”.

En el primer nivel hay un mayor cuidado en disimular la presencia de niñas y adolescentes pues parecería haber límites en la garantía de protección policial y judicial que pueda tener un local o burdel si abusa con la presencia de menores. ( se reconocería de este modo que la represión penal alcanzaría al menos así una cierta eficacia pero no completa, parcial)

Si bien la presencia de estos en el primer nivel se ha comprobado sin duda alguna en todos los circuitos de prostitución organizada, en esos lugares se trata siempre de evitar que haya niños o adolescentes en exclusividad y por lo tanto licuar su existencia mechándola con la de adultos.